lunes, 23 de mayo de 2011

andar con peso


Camina despacio, con dificultad. La mujer que lo acompaña le alcanza su bastón de tres patas. Usa sobretodo negro y chalina. Su barba es blanca, crecida, se nota que la uso toda la vida. Mira la gente, un poco nomás. Creo que él se siente más observado. Me doy cuenta que debe ser un tipo importante, que seguro algo grande hizo en su vida.
Le dieron un premio, lo pude ver porque le sonó en el sensor del aeropuerto, es de metal, modesto, pero es un premio a la trayectoria. Un poco irónico, que se llame a la trayectoria, cuando le cuesta tanto caminar. La mujer que lo acompaña le hace todo, creo que lo pone un poco incómodo, lo hace sentir un inútil. Como ese bastón que desde hace unos años sus hijos les dijeron que ya no podía dejar de usar, y que lo carga con un poco de bronca.
Pasó a un metro mío.  Lo vi desde que se sentaba en esa silla. La gente se abre para que pase. Él es preferencial, pero no se siente así. Mantiene la mirada fija, quiere ser invisible. Se agarra las manos, y se sostiene la cara que está como aplastada .No pestañea. Tiene los ojos brillantes como los hombres de esa edad. Yo también tengo los ojos brillantes, pero no como lo gente de su edad.

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