lunes, 8 de octubre de 2012

"siempre está la casita de Chile"


¿Viste esa frase de Casablanca que dice “we always have Paris”? Bueno, a mí no siempre me quedará París, porque ni siquiera fui. La única vez que pude ir estaba en el sur de Francia y era mochilera con poca plata y no quería ir a París un 14 de febrero. Pelotudeces de una piba de 20 años.

A lo que iba es que si no es París, uno siempre tiene algún lugar dónde volver en esos momentos. Muchas veces es una construcción, totalmente idílica y un poco adornada, pero está ahí cada vez que uno quiere. Yo puedo hacer una re-construcción exacta de ese espacio, caminar, oler, sentir, todo ese lugar. 

“Siempre está la casita de Chile”. Una casa que es de mi hermano más grande, que su abuelo compró muy barata en la década del ’70, que es toda de madera y tiene muy pocos metros cuadrados. Está a siete cuadras de la playa, pero sobre el acantilado, o sea que desde la calle se ve el mar. Está entre dos bosques muy grandes de eucaliptos que son también reserva de pájaros. Mis mejores veranos los tuve en esa casa. Vacaciones con mi papá y mi hermano, pescado y cerveza todas las noches. Neblina y desayunos todas las mañanas. Playa todo el día.

Cada vez que quiero desaparecer de mi vida y de todos, vuelvo ahí. Es de noche y preparo el pescado con limón para la parrilla. Hay música y la luz de la lámpara de la esquina sobre las maderas de las paredes de la casa, hace que todo sea un poco amarillo y cálido. Está fresco, como siempre en Chile en verano y siempre se escuchan las olas.

¿Tendrán todos un lugar así dónde ir, cada vez que el presente es una mierda y es mejor refugiarse en el pasado?